domingo, 22 de julio de 2007

COLE 2007


Buenas.

Paso a aburriros con mis notas/observaciones en el COLE, la Convencion de Observadores Locos por las Estrellas, en su edición de 2007. Fuimos menos que el año pasado (4 familias fijas más los asistentes al campo de observación, unos 10-12 la primera noche y 6 la segunda), pero lo pasamos igual de bien.

El lugar es St. Llorenç de Morunys, una población cercana a unas pistas de esquí (Port del Comte), y la zona de observación se halla justo en un puerto de montaña (coll de Jou).

Vista general del campo de observación
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(I)
El cansancio de diez horas ante una pantalla de ordenador durante toda la semana me tenía los ojos algo fatigados, ya lo noté por la tarde mientras conducía. Esto lo he pagado todo el fin de semana, no he tenido demasiada buena visión a cielo abierto (por eso no me atrevo a evaluar la magnitud límite visual que tuvimos) y me ha costado más de lo normal enfocar. Por suerte, una vez enfocado y con el ojo en el ocular, la cosa ha ido bastante bien.
El viernes la observación no fue nada bien. Me petó el plástico de sujección de una de las patas del trípode, y se quedó todo bastante mal estabilizado la primera noche. No hubo manera de poner en nivel la montura, ya que la pata cedía y no se podía apretar más de un punto porque se rompía el ajuste. Para más inri, también se salió el tornillo que sujeta la base del buscador telrad (que está fija en el tubo). Un problema menor, puesto que con encontrarlo entre la hierba y volverlo a colocar, se arregló fácilmente, pero bueno, era añadir más agobio al montaje...

Total, que esa noche no disfruté todo lo que hubiera debido, ya que el telescopio no estaba ni estable, ni en estación. La tensión me provocó migraña, pero por suerte la atajé en poco rato (siempre llevo algún remedio encima).

El cielo estaba bastante bien. Algo de humedad, pero con el parasol mi MN61 no necesitó de las cintas calentadoras en ningún momento. La vía láctea, densa cual nubarrón me recordó que tengo que ir más por estos sitios, no estoy nada acostumbrado a verla así...

Esta noche me dediqué a cosas fáciles, y a pasear un poco por los otros equipos, ya que estaba más preocupado por que no se me colapsara el trípode que otra cosa. La mayoría estaban por el tema de hacer fotos, o sea que acabé pronto el paseo. Ataqué sagitario, y fui paseando con el LVW22 y el filtro UHC. En el camino encontré los objetos más visibles
(M17, M8, M20...) y noté algunas zonas de oscuridad, aunque no las pude asociar claramente a los objetos oscuros de barnard de la zona. Supongo que me topé con alguno, pero mi vista aún no estaba suficientemente relajada para perfilarlos, sólo para notar una cierta diferencia de tono en el fondo de cielo.

Pasé a Jupiter, apuesta segura para subirme la moral. Menudo fogonazo para mis ojos. Acostumbrado al filtro que representa el cielo urbano y que lo palidece, ni los 300x del Radian 3 le quitaban brillo. He mirado por diversos refractores (Taka et al.), y el único que me ha parecido a la altura en contraste y detalles fue un zeiss de 10 cm de nuestro amigo Nik. Tengo ganas de pillar una buena palangana para comprobar el salto en detalle, porque de momento no lo he visto.

Después de esto, estuve un rato con M51, a la que vi más ténue de lo habitual (lo achaco a mis ojos más que a otra cosa). El doble de Perseo me ayudó a recuperar la confianza en mis ojos. Cabe completo en el LVW22, y es una visión preciosa, con infinidad estrellas como puntas de alfiler. Después me movi a M31, que también estaba subiendo. Me entretuve con ella y dos compañeras, un bonito encuadre para el LVW22 que me relajó bastante. Quería irme a M33 pero tuve que alinear el buscador, que se me había movido. Estaba más baja y ténue, pero se distinguía.

Acabé la sesión con M57. La puse con el LVW8 que me oscureció bastante el fondo de cielo. El contraste era muy bueno, se veía siempre la estrella de 13 y me parecía ver a ratos (40-50% del tiempo) el par de las compañeras de mag. 14, las que están más o menos equidistantes una a cada lado. No me preocupé más por el tema de la magnitud límite, puesto
que no tenía los ojos a tono.

Recogí pronto (3 y algo) para lo que podría haber dado la noche, pero estaba desanimado por las limitaciones técnicas. Necesito una montura en condiciones lo antes posible. Entre los nervios y el niño no dormí mucho, pero bueno, qué se le va a hacer...


(II)
La mañana siguiente, tras el 'apaño' del trípode con unas bridas (idea que me sugirió Eugeni Anselmet, que había hecho lo propio con el suyo) la dedicamos a observación solar en la terraza de uno de los apartamentos (así los niños estaban controlados en un recinto cerrado, y las parejas podían observar). El compañero Esteve, que nos lee por aquí desde hace tiempo, tenía desde hacía meses un PST de Coronado al que se le acumulaba polvo, y no podíamos dejar escapar una observación de este tipo. Personalmente, he observado por diversos filtros solares de los típicos Mylar o Baader, pero este era nuevo para mí. El juguetito es muy resultón. El sistema de enfoque deja mucho que desear (es un tornillo!), y el ocular que lleva (un kellner 20) no es nada cómodo. Una vez que probamos con diversos oculares ligeros, encontramos que el que mejor se comportaba era un plossl de 9mm que nos dejaba ver todo el disco.

Astronomía diurna
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Después de estar un buen rato jugando con el enfoque y con otro ajuste que varía el comportamiento del filtro, encontramos una buena posición en la que difrutamos de lo que este bichito permite. Personalmente aprecié una gran mancha central con unos preciosos 'pétalos' fulgurantes a su alrededor, y otras dos manchitas por encima. La existencia de estas manchas fue decisiva para encontrar el punto óptimo de enfoque. Movimos la anilla central hasta mejorar la visión y pudimos disfrutar de una fulguración ancha a las 12 y otra más fina a las 3. Después de ajustar algo más, pudimos apreciar un disco tipo 'piel de naranja' como en las fotos que se suelen mostrar últimamente. La visión era muy bonita, y al fijarnos un poco más pudimos ver otras fulguraciones más débiles casi a las 6. Nos hubiera gustado jugar con más aumentos, pero pillar el enfoque era un suplicio. Tras varias cervezas a la salud de nuestro sol, nos fuimos a comer y a hacer la siesta.


(III)
La siguiente noche sí que fue una noche más aprovechada. Probé el trípode y el invento funcionaba. No quise forzarlo al máximo, pero resistía bien, por lo que monté, equilibré y alinié. Incluso los encoders se calibraron a la primera. Tampoco tenía la vista al 100%, supongo que gracias a la sesión solar (no se puede tener todo!). Al inicio comparé la visión de M13 con un LVW8 (112x) en mi MN61 con el C9,25 de Eugeni, al que le había colocado un reductor (6,3) y un axiom de 15mm (98x) y luego el LVW8(185x). No aprecié diferencias de magnitud, pero sí en luminosidad. Aproximadamente eran igual de luminosos con el LVW8 (112x vs. 185x), con una ligera ventaja a favor del C9,25. No probé con más objetos, pero me dejó buen sabor de boca de cara a volverlo a poner como alternativa a mi tubo, aunque sigo apostando por algo más grande.


M33. Uno de los tantos objetos que se observaron y se fotografiaron. Foto de Ferran Ginebrosa.
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Tras esta prueba que tenía pendiente me centré en quitarme la espina de la noche anterior. Disfruté un poco más de M13 y su minúscula compañera , tras lo que me fui a M81 y M82. Un pequeño desajuste de los encoders me llevó un poco desviado, y confundí la compañera más ténue de esta pareja (creo que es la ngc3077) con m81, lo que me despistó bastante sobre el estado del cielo. Enseguida me dí cuenta del error, reajusté y centré a la pareja, que en el LVW22 quedan juntas en menos de 3/4 del campo, una visión muy agradable. Aumenté hasta el LVW8 a M82, para disfrutarla un poco más. Me gusta M82. Tras este buen sabor, busqué mi cúmulo favorito, el 'pato loco'; bueno, así es como llamo yo a M11. Me gusta mucho, para mí tiene muchos detalles diferentes, zonas de estrellas más juntas y separadas... me pasé un buen rato con él. Tras M11, me distraje con la pequeña dumbell (m76) y luego con la grande (m27) y otros objetos de la zona. Comentamos con el compañero Ferran, que estaba haciendo fotos, que el velo estaba muy bien situado, y me fui directo. Visualicé primero ngc6992 sin filtro, pero enseguida puse el UHC. Qué preciosidad! cabía justito en el LVW22, lo llenaba de detalles.

Tras él, su contraparte, ngc6960, que me hizo visualizar una estrella con alas de albatros. Por supuesto, tras mis gritos aparecieron los compañeros para disfrutar conmigo de la visión.

Más tarde y sin quitar el filtro me fui al pelícano / norteamérica, pero son demasiado grandes, las veía a trocitos. No tuve ganas de enfrentarme al viñeteo de un ocular más grande en mi tubo y las abandoné. En grupo, buscamos el cometa que estaba más visible en estos momentos (C/2006 VZ13 LINEAR). Era ténue como un globular borroso y no le aprecié cola, pero
bueno, otra observación más al bote; lo dejé en el ocular un rato mientras me di una vuelta, y juraría que a la siguiente mirada ya se notaba un ligero desplazamiento respecto a su entorno. Tiene su gracia. Me dí otra vuelta por algunos abiertos diversos, acabando en el doble cúmulo. Para entonces comentó Ferran que iba a intentar la helix (ngc7293), que la había buscado yo hacía un rato sin éxito, y como que me notaba mejor los ojos me puse de nuevo a ello... pues no sé cómo estaría yo antes, pero entonces la encontré enseguida. Una nube ténue bastante grande, al menos un tercio del campo del LVW22. Al poner el filtro UHC, se convirtió en un dunkin-donut. No le aprecié en el centro más que una debil diferencia de tono, pero para mí era un donut sin agujero. De la misma forma que el velo, no recordaba haberla visto antes más que en foto, por lo que su visión me dió una gran satisfacción.

Acabé la noche visitando las pléyades, que casi desbordan el LVW22, pero que fueron el mejor colofón para esta noche. Desmonté a las 4:40, ya sin la espina de la noche anterior.

Eché en falta haber planificado una ruta de observación, pero con el niño fue imposible tener un rato de tranquilidad para hacerlo, y los días anteriores estaba liadísimo. De todos modos, la planificación es mi asignatura pendiente, ya que lo hago una de cada diez...

Espero no haberos aburrido demasiado. Un cordial saludo,



Autor: Jordi Sesé

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